La entrega se puede programar en función del control automático del entorno de crecimiento y la recopilación de datos.

Se configuran múltiples sensores inalámbricos dentro del Smart Greenhouse. Los niveles de temperatura, humedad, intensidad de la iluminación y dióxido de carbono se miden a través de sensores electrónicos y ambientales y los datos recopilados se exportan a un ordenador edge. Además, estos datos también se almacenan en la nube. Hasta ahora, un solo ordenador controlaba cada equipo y las múltiples condiciones ambientales se manejaban individualmente. Debido a que cada equipo estaba cableado, existían limitaciones en su posición y número. Sin embargo, en un Smart Greenhouse, un solo ordenador puede controlar varios equipos, minimizando la cantidad de cableado y todos los datos se recopilan automáticamente en el ordenador periférico a través de una red inalámbrica. No hay necesidad de ir y venir al invernadero, ya que cada configuración del entorno de cultivo para regar las producciones se controla automáticamente en función de una fórmula predeterminada. 

Dado que se implementó un sistema completamente nuevo, no teníamos suficiente experiencia durante la fase de desarrollo. Mantuvimos muchas conversaciones para reevaluar el significado del valor agregado para nuestros clientes a través de nuestros productos y logramos establecer nuevamente nuestros esfuerzos. También estaba el problema de que el equipo de desarrollo era experto en IoT e IA, pero principiante en agricultura. ¿Qué tipo de cultivos necesitan qué tipo de cuidados? Este fue el tipo de preguntas y desafíos que logramos resolver uno a la vez, con la cooperación de los miembros del Centro de bioinnovación y otras empresas asociadas que tenían experiencia en plantas y agricultura. Después de realizar repetidamente un número infinito de prototipos, finalmente se creó un prototipo exitoso para el Smart Greenhouse.

Con el lanzamiento de prueba del invernadero, comenzamos a cultivar tomates. Pudimos establecer nuestro propio momento de maduración de los tomates y un sistema para recopilar estos datos. También desarrollamos un algoritmo para estimar la madurez del tomate a partir de varias decenas de miles de imágenes recopiladas a través de la cámara. El uso de la tecnología de la información avanza con inteligencia a medida que aumenta el volumen de datos, lo que permite ajustar la temperatura y la humedad y programar la entrega con alta precisión. También conduce a otras soluciones para mejorar la precisión de los controles automáticos y ahorrar energía. En el futuro, esperamos instalar estos invernaderos en universidades para promover más investigaciones sobre la recopilación y utilización de datos.